jueves, 10 de junio de 2010

sábado 22 de marzo de 2008

Memoria por la Verdad y la Justicia
¡¡¡NUNCA MÁS!!!
El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justiciaes el día en el que se conmemora en la Argentina a las víctimas políticas producidas por el autoproclamado Proceso de Reorganización Nacional.Se conmemora anualmente el 24 de marzo en recuerdo del mismo día de 1976, fecha en la que se produjo el golpe de Estado.
En los años del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), el gobierno formado por la junta militar impulsó la persecución, el secuestro y el asesinato de manera secreta de personas por motivos políticos y religiosos en el marco de lo que se conoce como la Guerra Sucia en Argentina.Esas prácticas eran comunes a todas las dictaduras de América Latina en el marco de la Operación Cóndor en Sudamérica y la Operación Charlie en Centroamérica.La razón de que un Estado totalitario recurra a este método se debe a su efecto de supresión de todo derecho: al no existir cuerpo del delito se garantiza la impunidad, el desconocimiento impide a los familiares y la sociedad realizar acciones legales, infunde terror en las víctimas y en la sociedad, y mantiene separados a los ciudadanos en su accionar frente al Estado.La desaparición es lo que vuelve al opositor un homo sacer, es decir unas personas que pueden ser asesinadas impunemente(Agamben,1998).La táctica militar de hacer desaparecer a los opositores es un método represivo que se basa fundamentalmente en la producción de desconocimiento.Por eso, saber que pasó, recuperar la memoria y exigir la verdad, se volvieron reclamos principales de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos. Una de las consignas que refleja esta preocupación, cantada en las marchas de protesta contra el gobierno militar,decía: "¡¡Los desaparecidos, que digan donde están!!"La "desaparición" de personas genera una situación de agravamiento de la represión y las heridas, debido a las dificultades para los familiares de "dar por muerto" a sus seres queridos, y eventualmente dar por finalizada la búsqueda de sus restos y la averiguación de lo que realmente les sucedió.Práctica de la desaparición forzada de personas:El propio general videla argumentaba en un reportaje realizadopor la periodista María Seoane:"No, no se podía fusilar. Pongamos un número, pongamos cinco mil.La sociedad argentina, cambiante, traicionera, no se hubiere bancado los fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en Rosario, y así hasta cinco mil, 10 mil, 30 mil. No había otra manera. "Había que desaparecerlos".Es lo que enseñaban los manuales de la represión en Argelia, en Vietnam.Estuvimos todos de acuerdo. ¿Dar a conocer dónde están los restos?Pero ¿qué es lo que podíamos señalar? ¿El mar, el Río de la Plata, el Riachuelo? Se pensó, en su momento, dar a conocer las listas.Pero luego se planteó: si se dan por muertos, enseguida vienen las preguntas que no se pueden responder:quién mató, dónde, cómo."Decía el general videla en la televisión norteamericanael 14 de septiembre de 1977:"Debemos aceptar como una realidad que en la Argentina hay personas desaparecidas.El problema no está en asegurar o negar esa realidad, sino en saber las razones por las cuales estas personas han desaparecido.Hay varias razones esenciales:han desaparecido por pasar a la clandestinidad y sumarse a la subversión;han desaparecido porque la subversión las eliminó por considerarlas traidoras a su causa; han desaparecido porque en un enfrentamiento, donde ha habido incendios y explosiones, el cadáver fue mutilado hasta resultar irreconocible."Y acepto que puede haber desaparecidos por excesos cometidos durante la represión". Esta es nuestra responsabilidad;las otras alternativas no las gobernamos nosotros.Y es de esta última de la que nos hacemos responsables:el gobierno ha puesto su mayor empeño para evitar que esos casos puedan repetirse."Existe también una histórica declaración de videla, transcripta por Clarín el 14 de diciembre de 1979"¿Qué es un desaparecido? En cuanto éste como tal,es una incógnita el desaparecido.Si reapareciera tendría un tratamiento X,y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento tendría un tratamiento Z.Pero mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido."Los operativos de detención eran realizados comúnmente por militares o paramilitares fuertemente armados que se movían en automóviles en grupos de entre cuatro o cinco personas.Previamente, acordaban con las fuerzas de seguridad la liberación de la zona donde iban a actuar.Atrapaban a las víctimas en la calle, en bares, cines, en sus casas o en el lugar donde se encontraran en ese momento.Una vez detenidos eran trasladados a un centro clandestino de detención (se estima que funcionaron hasta 610) donde se los interrogaba mediante un régimen de tortura sistemática. Finalmente, en la mayoría de los casos, fueron asesinados y sus cuerpos hechos desaparecer mediante los denominados vuelos de la muerte, sepultados en fosas comunes, o como N.NDurante los primeros años, si bien los medios habían pactado no dar información sobre lo que estaba ocurriendo, a veces se publicaban noticias sobre la detención de personas o la aparición de cadáveres.Las detenciones las llevaban a cabo las fuerzas militares y policiales, a veces con colaboración activa de funcionarios civiles o de las autoridades de las empresas, colegios o universidades a las que pertenecían las víctimas.Ningún organismo brindaba información sobre el paradero de las víctimas a los familiares. Los jueces no deban curso a los habeas corpus presentados y en muchos casos, los abogados que presentaban esos recursos resultaban ellos mismos desaparecidos.Según una investigación llevada a cabo en 1984, por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas CONADEP, creada al final de la dictadura por el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, el número de desaparecidos—de acuerdo a la cantidad de denuncias judiciales presentadas por víctimas y familiares— rondaría las 9.000 personas, pero grupos defensores de los derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo y el Servicio Paz y Justicia, estiman que hubo 30.000 desaparecidos.Un informe de la inteligencia chilena estimaba el número de desaparecidos en 22.000 personas en 1978, según un informe de los EEUU.Hasta 2003 la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación Argentina tenía registrados 13.000 casos.El Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas", CONADEP, pone de manifiesto que la mayoría de las víctimas eran jóvenes menores de 35 años, de profesión obrero o estudiante, y que fueron detenidos preferentemente en su domicilio durante la noche.
Resumen:"Con tristeza, con dolor, hemos cumplido la misiónque nos encomendó en su momento el Presidente Constitucionalde la República Dr.Raúl Ricardo AlfonsínEsa labor fue muy ardua, porque debimos recomponer un tenebroso rompecabezas, después de muchos años de producidos los hechos, cuando se han borrado deliberadamente todos los rastros, se ha quemado toda documentación y hasta se han demolido edificios...Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras y, sin duda, el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el período que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana.Únicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán los hechos que nos hicieron trágicamente famosos en el mundo civilizado. "